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Valoración del libro antiguo

libro antiguo
  • Elementos que dan valor a un libro

    ¿Es más valioso aquello que más edad tiene?. ¿Pagaríamos más por un vino rancio de 1930 que por un Pingus cosecha del 99 o un buen Vega Sicilia?...la respuesta no siempre es sencilla. Intentar explicar que elementos dan o quitan valor a un libro bien merece unas líneas, aunque con ello sólo tratemos este tema de forma sucinta.

El inexorable paso del tiempo no hace necesariamente a un objeto valioso. Un buen trozo de granodiorita, vale bien poco por muy antiguo que sea, pero si el trozo se llama Piedra Roseta es otro cantar. La tasación de libros antiguos no es una tarea fácil, ya que depende de muchos factores entre los cuales a veces se encuentra incluso nuestros propios gustos y apetencias a los cuales, no siempre es fácil abstraerse para alcanzar una postura objetiva. Si además, estamos interesados en la tasación de antiguedades en general y libros antiguos en particular, la tarea se hace mucho más ardua ya que se valora no sólo el bien físico en sí (en este caso el libro antiguo) sino que para una correcta tasación, se necesita amplios conocimentos tanto de ramas científicas como humanísticas. De esta forma muchos libros que pueden pasar desapercibidos a la vista de cualquier persona son certeramente valorados por el ojo inquisidor del tasador.

Aún así, hay ciertas reglas generales que pueden ayudar:

1. La antiguedad del libro. Incunables y post-incunables:

No hay que confundir un libro viejo de un libro antiguo. Aunque pueda tener valor en sí mismo, una obra del año digamos 1930, no puede considerarse antigua por mucho que creamos tener un tesoro en nuestras manos. Si bien no hay una fecha que nos permita diferencias ambos conceptos, libros con menos de un siglo difícilmente pueden considerarse antiguos. Naturalmente, a mayor edad, mayor valor. La antiguedad es un elemento de calidad en sí misma. Como regla general, una obra del siglo XVI valdrá más que otra del XIX. Sin embargo, no es un elemento ni muchísimo menos determinante, salvo aquellos publicados hasta el año 1500 llamados incunables y que tienen gran valor. También lo tienen, aquellos libros que si bien no son incunables le siguen de cerca, como los que aparecieron entre los años 1500 a 1550.
Por otro lado, obras de un mismo siglo tienen distinto valor en función de su lugar de impresión. Encontrar un libro del siglo XVII impreso en los paises nórdicos es mucho más difícil que uno impreso en Venecia, ciudad que contaba con abundantes imprentas. En España, los libros en su mayor parte se imprimían fuera de la península, por la escasa calidad de las imprentas peninsulares.

2. La temática y el autor de la obra:

Muy unida a la edad, se encuentra la temática del libro. Podemos decir que en condiciones normales, estos dos aspectos determinan el 80% del valor de un libro. Llegados a este punto es necesario observarlo desde un punto distante, manteniendo nuestros gustos y apetencias convenientemente alejadas para alcanzar una tasación certera. Difícil es dar una clasificación, pero generalmente, alcanzan mayor valor aquellos libros relacionados con temas exotéricos (brujería, demonología...), científicos (astronomía, física,..) , dejando para los últimos lugares, los libros relacionados con temas filosóficos, de derecho y sobre todo religiosos (los más abundantes y por ende, los menos valiosos). Esta regla tiene incontables excepciones. Una obra geográfica como el Atlante Veneto (1691), tiene muchísimo más valor que la mayoría de obras contemporáneas por detalles como incluir el mapa de la ciudad del dorado, detalle que escapa a la mayoría de los mortales. La edición príncipe del Quijote publicada por Ibarra a finales del XVIII es mucho más importante y cara que otras anteriores, por la calidad de su impresión y grabados.

Por supuesto, un elemento fundamental es el autor de la obra a lo que va unido, si se trata de una primera edición o no. Una primera edición de la obra Philosophiae naturalis principia mathematica de Sir Isaac Newton publicada en 1687 puede valer en el mercado 50 veces más que una edición posterior. A mayor importancia del autor, mayor valor tendrá que se trate de una primera edición. Mi profesor de Física del instituto a quien guardo con enorme cariño, publicó en su día un libro de física que me regaló y dedicó. Sin duda, guarda un gran valor sentimental pero económico, ninguno.

3. El impresor: Manuzio, Elzevir, Ibarra...

Hay nombres que figuran en mayúsculas en la historia del libro. Son personajes que llevaron la impresión de libros al estatus de obra de arte. En Cádiz tenemos a la familia Galván. Un libro que haya sido encuadernado en sus talleres tiene un valor añadido enorme.
Pero retrocediendo en el tiempo, encontramos figuras de enorme importancia como Aldo Manuzio en Venecia, Los Elzevir en Holanda o Ibarra en España. Su nombre impreso en la portada de nuestro libro, son signo de calidad.

4. Estado general de la obra:

Su conservación, la usencia de defectos por el ataque de insectos o de enmiendas, la calidad del papel o la encuadernación son elementos a tener en cuenta. Por lo general, un libro debería conservar su encuadernación original y el papel, debería conservarse blanco y limpio. He visto libros del siglo XV y XVI que parecen recién salidos de la imprenta. Pero tanto tiempo hace que haya pasado por muchas manos. La encuadernación se resiente y a veces se sustituye por otra actual, aparecen agujeros de insectos y hasta señales de críos. Personalmente he visto un incunable pintado de rotulador de la mano inocente de un niño (desconozco si su dueño sobrevivió tras ver a su retoño haciendo muñequitos sobre "un viejo libro".)

5. La rareza

La rareza, siempre bien entendida claro está. Yo puedo intentar mis pinitos en el mundo de la poesía, dedicando un par de cientos de cuartetos a la cria de la cochinilla en cautividad. Quizás lo publique y quizás venda un par de ejemplares a mis progenitores. Pero dudo que generaciones venideras paguen grandes cantidades de dinero por una obra, que una mínima cordura nos dice que jamás debió existir.

6. Otros aspectos:

No cabe duda, que la cantidad de ejemplares editados, el hecho de ser o no primera edición como se ha mencionado o si tenemos la buena suerte de estar firmado por el autor, son aspectos que debemos tener en mente a la hora de fijar el precio de un libro antiguo. A veces, estamos dispuesto a pagar auténticas fortunas por un libro que nos recuerda a nuestra infancia o a ese amor perdido ...

libro antiguo
  • Conclusiones

    Ya tenemos todos los datos necesarios para estimar cuánto vale el libro que tenemos entre nuestras manos, aunque nadie nos pagará ese precio pudíendoselo comprar a un librero por un precio similar. El hecho de que haya en venta un libro igual que el nuestro por 100 euros, no significa que podamos venderlo por esa cantidad. Si lo conseguimos colocar por la mitad, podemos considerarnos afortunados Para terminar, hay que mencionar que en los últimos años se está dando un curioso fenómeno de “estandarización” de precios por “culpa” de internet.

El mercado del libro antiguo, hasta ahora atomizado y por tanto, con precios diferenciados -un mismo libro podía valer mucho más en Sevilla que en Cádiz por el simple hecho de la dificultad que suponía la distancia física unida a la falta de información- ha desaparecido de un plumazo con este medio.
La irrupción en el mercado de páginas como iberlibro a la que hay afiliadas casi todas las librerías de viejo de nuestro país, han provocado una silenciosa revolución. Ahora, para saber el precio de nuestro libro basta clicar, introducir unos datos y así, averiguar el precio aproximado -si tenemos la suerte de ver otro de similares características a la venta-. Iberlibro se ha convertido así en una especie de monopolio capaz por si sola de fijar los precios del mercado, al cual un librero difícilmente puede resistirse, siendo además, el vehículo que canaliza la mayoría de las ventas en nuestro país a cambio de una suculenta comisión. Desde aquí, queremos romper una lanza a favor de la venta tradicional y del contacto con el librero. Casi todas las librerías españolas ya tienen catálogo online. Comprándolos directamente, ayudarás al librero y colaborarás con el mantenimiento de esta profesión.


Por último, si te interesa el tema te recomendamos que visitres nuestra web rarebookvalue.net que dispone de un complejo algoritmo matemático capaz de valorar de una manera bastante aproximada una obra. Eso sí, advertimos que es una versión beta -aún en pruebas-.

"Me gusta todo lo que es antiguo: los viejos amigos, los viejos tiempos, los viejos modales, libros antiguos y viejos vinos". Oliver Goldsmith

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